Bienvenida/o nuevamente. Espero que el mes de amor y amistad haya sido una oportunidad para reflexionar sobre la forma en que amas y te relacionas con amigos, pareja y familia. Reflexionar sobre la manera en que el apego influye en nuestras relaciones nos permite trabajar en nuestro bienestar emocional y construir vínculos sanos y seguros. Este mes celebramos el Día Internacional de la Salud Mental el 10 de octubre, una fecha clave para reflexionar sobre la identificación, tratamiento y prevención de trastornos psicoafectivos y conductuales. En este contexto, hoy exploraremos el apego seguro y su impacto en la salud mental y nuestras relaciones.

El apego seguro: la base para relaciones saludables
Según Ainsworth (1978), Bowlby (1993), Hazan y Shaver (1987) y Serván (2023), las relaciones con un estilo de apego seguro se caracterizan por la presencia de una figura de cuidado que es disponible, cálida y receptiva ante las necesidades emocionales de la persona. Esto genera una respuesta positiva en el individuo y le permite explorar el mundo con confianza, sabiendo que siempre podrá regresar a una base segura.
Las personas con apego seguro tienen la tranquilidad de expresar su vulnerabilidad, confiando en que su figura de apego responderá con cuidado y cariño. Además, según Serván (2023), este estilo vincular se asocia con una adecuada autorregulación emocional, lo que permite gestionar las emociones de manera equilibrada, contrastar pensamientos y sentimientos, y construir una imagen más integral de la realidad.
Las personas con apego seguro tienen un balance entre la expresión de afecto y la independencia emocional. No dependen de sus figuras de apego para regular sus emociones, sino que pueden hacerlo por sí mismas. Enfrentan los desafíos psicoafectivos compartiendo lo necesario con los demás y gestionando de manera autónoma lo que está dentro de su control.
Esta dinámica fortalece los vínculos afectivos y facilita relaciones basadas en el respeto, la confianza y el crecimiento mutuo.
¿Cómo fomentar el apego seguro en la infancia?
Los estilos de apego se aprenden desde la infancia. Si eres madre o padre, es clave saber que para desarrollar un apego seguro en tus hijos/as, las respuestas emocionales y conductuales deben ser predecibles y consistentes. Hazan y Shaver (1987), Ainsworth (1978) y Bowlby (1993) destacan que un cuidador que responde de manera estable y amorosa ante la vulnerabilidad de su bebé genera seguridad, permitiéndole explorar el mundo con tranquilidad.
Esto refuerza la importancia de las relaciones familiares en el desarrollo infantil, ya que configuran la manera en que, en la juventud y adultez, expresamos el amor y la amistad (Ainsworth, 1978; Bowlby, 1993).


¿Cómo identificar si tienes un apego seguro en tus relaciones?
Si quieres saber qué tan alineadas están tus relaciones con el apego seguro, responde estas preguntas:
- ¿Tengo herramientas para expresar mis emociones y necesidades?
- ¿Confío en que mi pareja respetará mis límites y yo los suyos?
- ¿Recibo apoyo emocional en momentos de estrés o dificultad?
- ¿En mi relación hay respeto mutuo por los espacios personales?
- ¿Sé establecer límites asertivos en mis relaciones?
- ¿Disfrutamos tiempo juntos sin sentir la necesidad de estar siempre cerca?
- ¿Manejamos los conflictos de manera pacífica y constructiva?
- ¿Puedo tener amistades e intereses individuales sin afectar mi relación?
- ¿Podemos planear un futuro juntos sin ansiedades excesivas?
- ¿No hay celos excesivos ni dinámicas posesivas?
- ¿Compartimos valores y principios éticos?
- ¿Mi pareja puede tener amistades e intereses individuales sin que eso afecte la relación?
- ¿Me siento apoyado/a en mi crecimiento personal y profesional?
- ¿Podemos discutir temas delicados sin miedo al abandono?
- ¿En los conflictos hablamos de «responsabilidad» en lugar de «culpa»?
- ¿Me siento agradecido/a por el tiempo compartido con mi ser querido/a?
Si respondiste «sí» a la mayoría de estas preguntas, es probable que tengas un estilo de apego seguro en tus relaciones.
Apego seguro, autoestima y salud mental
Serván (2023) señala que los estilos de apego aprendidos en la infancia configuran nuestra manera de expresar la vulnerabilidad en la adultez. Como hemos visto, la capacidad de abrirnos emocionalmente impacta no solo nuestras relaciones de pareja, sino también las familiares y de amistad.
Asimismo, el apego y la autoestima están estrechamente relacionados. El miedo a mostrarnos vulnerables influye en nuestra autoimagen y bienestar emocional. Identificar estos patrones nos permite mejorar nuestra salud mental y fortalecer nuestras relaciones.
Es posible que hayas escuchado sobre el apego desorganizado, un concepto distinto a los estilos que hemos explorado hasta ahora. Según Serván (2023), los estilos de apego pueden cambiar con el tiempo y dentro de una misma relación. En una etapa, podemos tener un apego seguro, pero ante una crisis, este puede derivar en un apego ansioso o en un apego evitativo, caracterizado por el distanciamiento emocional y la dificultad para conectar con los demás.
La clave está en fortalecer la estabilidad emocional y la organización del apego para que las crisis no desorganicen la relación. No se trata solo de lograr un apego seguro, sino de hacerlo resiliente para que, ante los desafíos, no se transforme en un patrón disfuncional.

Transforma tus relaciones desde el autocuidado
Este es el momento de preguntarte: ¿estás escogiendo tus relaciones desde el miedo o desde el amor? Reflexionar sobre cómo has vivido el amor hasta ahora y cómo quieres vivirlo de aquí en adelante te permitirá tomar decisiones más conscientes.
Si te identificas con algunos de los desafíos del apego, recuerda que no estás condenado/a a repetir patrones poco saludables. En CreSentia sabemos que es posible desarrollar un apego seguro organizado a través de procesos terapéuticos que prioricen tu salud mental y bienestar emocional.
Si quieres trabajar en tus relaciones y en la forma en que te vinculas con los demás, cuenta con nosotros. En CreSentia estamos aquí para acompañarte en los distintos desafíos de la vida y ayudarte a construir una vida con sentido.
Un abrazo,
Equipo CreSentia
Referencias
- Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Lawrence Erlbaum.
- Bowlby, J. (1993). El Apego y la pérdida. Ediciones Paidos Iberica.
- Hazan, C., & Shaver, P. (1987). Romantic love conceptualized as an attachment process.
- Journal of Personality and Social Psychology, 52(3), 511–524. https://doi.org/10.1037/0022-3514.52.3.511
- Serván, I. (2023). Desorganización del apego. Clínica y psicoterapia con adultos. Editorial Desclée de Brouwer, S. A.