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Entre vínculos y amores.

Un viaje a través del mundo del apego

Apego. Es una palabra que seguro has escuchado y leído mucho. Una y otra vez se repite, pero pareciera que cada que una nueva persona -.que se presenta como experta- lo dice la confusión aumenta y terminamos sin saber bien a qué se refiere. Me ha pasado. Es por esto que decidí ponerme en la tarea de investigar en bases de datos, artículos científicos para ver qué nos dice la teoría, y poder contarte hoy, con las bases sólidas, desde hombros de gigantes, lo que es el apego.

 

 

Como sabes, en CreSentia estamos constantemente formándonos porque sabemos que mientras más temas dominemos, mejor podemos acompañarte en tus procesos; es por esto que tuvimos una formación impartida por el experto Ignacio Serván, director del Centro Especializado en Psicoterapia y Apego (CEPA) de Madrid, España, quien se ha dedicado 20 años a la psicoterapia y la investigación en Apego, autor de Desorganización del apego (2023). Serván (2023) nos cuenta que el apego es una estrategia de protección frente al peligro, es decir, que las/os humanas/os tenemos una tendencia instintiva a generar conexiones con las demás personas, lo que llamamos vínculos, ya que es en grupo que tenemos mayores probabilidades de sobrevivir ante el peligro.
Así mismo, es fundamental reconocer que los vínculos y el apego podemos comprenderlos como nuestras formas de amar, como lo dice otro renombrado autor del tema: Jhon Bowlby (1993), quien afirma que el apego es una necesidad humana fundamental y que formamos vínculos para sentirnos amados y apoyados, mientras que Hazan y Shaver (1987) sostienen que la forma en que las personas vivimos el amor romántico es una extensión del tipo de apego aprendido en las primeras etapas de la vida.

El establecimiento de vínculos comienza desde el principio de la vida, a saber, primera infancia e infancia. Pero te preguntarás, ¿un/a bebé toma decisiones voluntarias sobre cómo vinculares? No realmente, lo que sucede es que se adapta a las características de su(s) cuidador(as) primario(as), que pueden ser mamá y papá, solo mamá, solo papá, abuela, tías, hermano mayor, etc.
¿Cómo funciona? Pues resulta que el/la bebé expresa su malestar, llorando normalmente, y la persona que lo cuida responde de una forma específica. De acuerdo con la forma en que esta persona a cargo del cuidado responda, la/el bebé va modulando su conducta para adaptarse. Bowlby (1993), afirma que estos aprendizajes de la infancia terminan configurando la forma en que se expresa y vive el amor durante la vida adulta.

 

Muy seguramente has escuchado hablar de “apego inseguro”, “apego ambivalente”, “apego tóxico” y muchos otros que realmente solo sirven para confundirnos, pero terminan diciéndonos nada. Tranquila/o, pues yo hoy te voy a contar qué nos dicen las investigaciones científicas, para clarificar un poco toda esta maraña de falsa información que las redes sociales a veces nos alimentan.

Para empezar, Ainsworth (1978), Hazan y Shaver (1987) y Serván (2023) llegan a la conclusión de que existen 3 tipos de apego: 1. Apego Evitativo, 2. Apego Seguro, 3. Apego Ansioso. Este es el momento perfecto para desbancar otro mito, no existen “personas evitativas” o algo así; el estilo de apego depende de la relación, es decir, hay relaciones donde tu estilo de apego puede ser evitativo, otras en que puede ser ansioso y otras en que puede ser seguro.

 

Por supuesto que somos seres de hábitos, y que tendemos a repetir un estilo de apego en múltiples relaciones distintas, pero en CreSentia creemos que las generalizaciones puede ser peligrosas, sobre todo porque podemos terminar creyendo que somos así y que no hay nada que hacer.

 

Entonces, sabemos que el apego emocional puede ser de 3 tipos, y para cerrar este encuentro quiero contarte unos rasgos muy generales de cada uno. Es claro que los estilos vinculares, o de apego, se ven por la forma en que las personas reaccionamos ante la separación de un ser querido (aunque también puede evidenciarse en distintas situaciones de pérdida y duelo, como lo puede ser una mascota, un sueño o un proyecto). Serván (2023)dice que el apego evitativo se caracteriza por una aproximación cognitiva a los sucesos, sobrerazionalizando todo buscando evadir sentir una conexión emocional con los eventos. Un apego ansioso, por otro lado, tiene más que ver con una aproximación afectiva a la separación, es decir, muy emocional, y se ve en expresiones muy fuertes de emociones que llaman la atención de la figura cuidadora, quien termina siendo la responsable de regular a la persona. Un estilo seguro, por su parte, se evidencia por una exploración activa y tranquila del mundo, ya que parte de la comprensión cognitiva y afectiva de que la separación es normal y que no representa una amenaza para su supervivencia, y suele verse en respuestas positivas frente a la figura de cuidado.

 

Tengo que decirte que aún quedan muchas características por explorar sobre los tipos de apego, podría contarte mucho más, qué hacen las figuras de cuidado para fomentar uno u otro tipo de apego, qué sería un “apego desorganizado”, cómo funciona el sistema seguridad- exploración, pero eso será para otro encuentro, la relación entre apego y autoestima, entre muchas otras fascinantes comprensiones.

 

Ya me estoy extendiendo querido/a. Me gustaría contarte mil y un elementos más sobre el apego para que podamos seguir explorando este maravilloso e intrigante mundo juntos, pero desafortunadamente esta comunicación ya está algo larga. Pero tranquilo/a, que luego me vuelvo a conectar contigo para seguirte contando del apego, y que de esta manera podamos construir juntos/as un bienestar emocional para tu vida.

 

Espero sigamos en contacto, sabes que aquí estamos para ti, como equipo CreSentia, para acompañarte en los distintos desafíos de la vida, y que logremos ese objetivo de dejar de vivir en automático para construir vidas con sentido. Siempre puedes seguirnos en Instagram para no perderte contenidos adicionales sobre el tema del mes: #Apego 🙂

Referencias
Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment:
A psychological study of the strange situation. Lawrence Erlbaum.
Bowlby, J. (1993). El Apego y la pérdida. Ediciones Paidos Iberica.
Hazan, C., & Shaver, P. (1987). Romantic love conceptualized as an attachment process.
Journal of Personality and Social Psychology, 52(3), 511–524.
https://doi.org/10.1037/0022-3514.52.3.511
Serván, I. (2023). Desorganización del apego. Clínica y psicoterapia con adultos. Editorial
Desclée de Brouwer, S. A.
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